La primera decisión importante que tomé fue dejar bachillerato. Digo importante porque lo hice en contra de todo el mundo y, aun así, con determinación. Fue la primera vez que me quise un poco y reuní fuerzas para huir de una situación perjudicial para mí.
Evidentemente no era algo que estuviera previsto – por lo que no era, en absoluto, previsible – pero es que tampoco era lo que mi entorno podía considerar como algo políticamente correcto. Lo normal hubiera sido que la niña ejemplar hubiera acabado bachillerato y hubiera ido a la universidad, pero la vida da muchas vueltas, dicen.
Así pues, decidida decidí dejar el bachiller y mientras esperaba para empezar el Grado Superior de Formación Profesional de Producción audiovisual de radio y espectáculos, mi padre casualmente me encontró un sitio en la administración de su empresa. Su hija no iba a pasarse seis meses rascándose la barriga.
Los dos años del grado superior los recuerdo como los mejores. Gracias a él he trabajado en el departamento de casting de Gestmusic Endemol, también en el programa de Toni Rovira y tú en 25TV y, por último, este verano trabajé con MediaPro en la producción de una película.
Después probé suerte en la universidad y me metí a derecho, duré dos años y el segundo lo combiné con primero de trabajo social (carrera que no pude continuar por temas de papeleo y que, para cuando pude, ya me había desmotivado).
Así que empecé el grado superior de integración social este curso y estoy contenta.
Lo cierto es que llevo más de diez años haciendo de voluntaria en distintos sitios:
he trabajado en la Fundación Vicente Ferrer como camarera encargada en eventos benéficos; he sido auxiliar educativo en el Centro Folch i Torres de justicia juvenil y en la Unidad Terapéutica de San Juan de Dios de Til·lers, también de menores.
He sido mentora de una adolescente que reside en un CRAE y colaboro con la asociación GAEDE (Grup de suport en l’Apoderament de persones amb símptomes de Dependència Emocional). Además, actualmente estoy de becario en prácticas en el Hospital Vall d’Hebron en el que llevaba ya unos meses como voluntaria de apoyo a las familias con niños que sufren cardiopatías con la asociación AACIC CorAvant.
Además, como formación complementaria tengo:
- Reclusión penitenciaria: ¿reinserción o exclusión social? (Albert Sales)
- Justicia restaurativa. Otra prisión es posible (Grup 33).
- Exclusión social (Eduard Sala)
- Gestión de grupos
- Mentoring
- Gestión de las emociones
Creo que llevo tantos años siendo voluntaria porque pertenezco a un pequeño colectivo que en muchas ocasiones necesita la ayuda de otros para una correcta inserción en la sociedad y como a mí nunca me ha faltado de nada, es más, siempre me he encontrado con facilidades, quiero eso mismo para el resto de colectivos.
Por ello mi pensamiento fue el siguiente: ya que ya tienes la experiencia, podrías formarte para obtener un título que te permitiera trabajar de forma remunerada, y eso hice.
Moraleja: a veces está bien salir de la zona de confort y arriesgarte, no siempre lo que es considerado como lo políticamente correcto es lo que va a ayudarte a ti a formarte como persona.
La niña cardiópata 